Buenos días a todos
Si la semana pasada hablábamos de hipersensibilidad en el autismo como uno de los problemas que pueden presentar algunos niños, hoy vamos a hablar de la otra cara de la moneda, la hiposensibilidad. A menudo, se plantea la duda sobre si existe una relación entre «hipersensibilidad o hiposensibilidad» en el espectro autista, y cómo estas condiciones opuestas pueden presentarse en diferentes individuos.
Aunque, como ya se dijo anteriormente, las alteraciones de la sensibilidad no es un criterio de diagnóstico del autismo. Muchos niños presentan ciertos problemas que pueden resultar raros a la hora de entender el comportamiento de ciertos niños. Comprender las dinámicas de «hipersensibilidad y hiposensibilidad» es clave para proporcionar el apoyo adecuado.
¿Qué es la hiposensibilidad?
Cuando se habla de hiposensibilidad, sobretodo, nos referimos a una sensibilidad bastante reducida a algunos estímulos dolorosos, dicho de otras maneras, un umbral del dolor alto. También se habla de una «hipo sensibilidad» al tacto que presentan aquellos niños que están constantemente tocándolo todo. Aclarar qué es la hiposensibilidad es fundamental para comprender cómo afecta a las personas con autismo y cómo abordarla adecuadamente.
Hiposensibilidad Autismo
La relación entre autismo hiposensibilidad es compleja. Mientras que algunos niños con autismo pueden mostrar signos de hipersensibilidad, otros pueden exhibir justamente lo contrario: una hiposensibilidad notable. Esto puede manifestarse en una variedad de formas, desde una menor respuesta al dolor hasta una falta de reacción ante temperaturas extremas o ruidos fuertes, situaciones que normalmente provocarían una respuesta en individuos sin esta condición.
Entendiendo la Hipersensibilidad y la Hiposensibilidad en el Autismo
La comprensión del espectro de sensibilidades, incluyendo tanto la hipersensibilidad como la hiposensibilidad, es crucial para entender la experiencia sensorial de las personas con autismo. A menudo, se observan patrones donde la hipersensibilidad o la hiposensibilidad definen las interacciones de un individuo con su entorno, influenciando sus comportamientos y necesidades. El abordaje de estas particularidades sensoriales requiere un enfoque personalizado, que tenga en cuenta la singularidad de cada caso.
Estos temas son investigaciones en constante evolución y se sigue investigando cuál es la causa para que algunos niños tengan este tipo de problemas. Se especula que puede haber una conexión entre la hiposensibilidad y la forma en que las señales sensoriales son procesadas por el cerebro en personas con autismo.
Hipersensibilidad en la Piel al Tacto
En contraste con la hiposensibilidad, la «hipersensibilidad en la piel al tacto» es una condición en la que individuos tienen una percepción sensorial excesiva. Pueden experimentar molestias o dolor ante el contacto físico que para otros sería imperceptible o normal. Esta hipersensibilidad al tacto puede afectar significativamente la vida cotidiana de una persona, causando evitación de ciertas texturas, ropa, o incluso el contacto social.
Es importante diferenciar entre la hipersensibilidad táctil común y la que se da en personas con autismo. Mientras que la primera puede deberse a una variedad de factores y condiciones dermatológicas, la «hipersensibilidad tacto» en el autismo está más relacionada con cómo el cerebro procesa las sensaciones. El entorno puede ser abrumador para una persona con hipersensibilidad en el autismo, y por eso es vital reconocer y adaptar las interacciones y el entorno de acuerdo con sus necesidades.
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