Existen algunos problemas a la hora de comer con los niños que poseen el Trastorno de Espectro Autista (TEA). En ocasiones, esta situación puede resultar muy estresante tanto para el niño como para su familia.
Cabe destacar, que para poder ayudar a su hijo que resuelva los problemas a la hora de comer, se puede convertir en un proceso largo y a su vez lento, pero vale la pena el esfuerzo para así obtener buena salud, y mejor tolerancia en los alimentos.
Para los niños que tienen la patología, comer puede representar un desafío significativo. Es por eso, que en este artículo conocerás mucho más sobre el Autismo y las dificultades en la comida.
Autismo y alimentación
Las dificultades en la alimentación son comunes en los niños con autismo. Muchos de ellos pueden tener aversiones a ciertos alimentos debido a problemas sensoriales relacionados con el gusto, la textura y el olor.
Esto puede hacer que la hora de comer sea estresante tanto para el niño como para su familia.
Es importante tener en cuenta los alimentos que el niño rechaza y tratar de ofrecer alternativas nutritivas.
Además, es necesario tener paciencia y evitar forzar al niño a comer, para que la comida no se convierta en un momento de tensión.
Algunos niños con autismo pueden tener dificultades para masticar alimentos sólidos, lo que puede afectar su desarrollo oral y del habla.
En estos casos, se recomienda comenzar con alimentos en puré y gradualmente ir introduciendo texturas más sólidas.
También es importante estar atento a cualquier signo de intolerancia o alergia alimentaria, ya que los niños con autismo pueden tener dificultades para comunicar sus síntomas.
Es común que los niños con autismo tengan ritmos de comida más lentos. Por lo tanto, es necesario tener paciencia y permitirles tomar su tiempo para comer.
No es recomendable engañar o forzar al niño a comer, ya que esto puede generar más estrés y aversiones hacia los alimentos. Es mejor crear un ambiente tranquilo y agradable durante las comidas.
Es importante recordar que cada niño con autismo es único y puede tener necesidades y preferencias alimentarias diferentes. Es recomendable trabajar con un profesional de la salud mental, como un terapeuta ocupacional o un nutricionista, para obtener orientación específica y apoyo en relación con la alimentación del niño.
Juntos, se pueden encontrar estrategias adecuadas para ayudar al niño a superar las dificultades en la comida y garantizar una alimentación saludable y equilibrada.
Los problemas alimenticios y Dificultades en niños con Autismo
La capacidad de alimentarse del ser humano depende de su estado de desarrollo, los problemas de salud, maduración y de biomecánica se pueden relacionar con todas las habilidades motoras orales.
Otras de las experiencias que nos pueden afectar en la forma que nos alimentamos son el gusto y la textura (cómo se siente).
Si todas estas áreas se logran funcionar bien, se puede lograr una buena alimentación por el contrario si existe algún problema en esas áreas, esto puede afectar directamente la conducta alimentaria.
Ahora bien, es importante resaltar que el proceso alimenticio involucra cada uno de los sistemas sensoriales como lo es el tacto, la vista, el gusto, el olfato y la audición.
En muchos casos los niños con TEA, tienen problemas en el proceso sensorial, esto trae como consecuencia que para comer ciertos alimentos sea un desafío para ellos. Por otra parte, los niños con esta patología desarrollan, además, problemas de conducta a la hora de comer.
Como se mencionó al inicio del articulo esta situación puede ser estresante tanto para niño con TEA como para sus familiares. Estos niños necesitan calorías y nutrientes adecuados.
Cabe destacar, que el problema alimenticio en un niño con TEA se puede manejar siguiendo estas recomendaciones, por el contrario, si su hijo tiene serias consecuencias con los problemas alimentarios se debe buscar ayuda con un profesional de la salud mental.
Alimentos que afectan al autismo
- Gluten y Caseína: Existe la creencia de que la eliminación de alimentos que contienen gluten y caseína de la dieta puede tener un impacto positivo en los síntomas del autismo. Sin embargo, no hay evidencia científica sólida que respalde esta afirmación, y cada caso debe ser evaluado individualmente por un profesional de la salud.
- Azúcar y aditivos alimentarios: Algunos padres de niños con autismo optan por evitar alimentos que contienen azúcar y aditivos, como colorantes y conservantes, debido a la preocupación de que puedan afectar el comportamiento. Aunque no hay consenso científico sobre esta relación, es importante mantener una dieta equilibrada y consultar a un especialista antes de hacer cambios drásticos en la alimentación.
- Dieta cetogénica: Algunos estudios sugieren que una dieta cetogénica, que es alta en grasas y baja en carbohidratos, puede tener beneficios para las personas con autismo. Sin embargo, esta dieta es restrictiva y debe ser supervisada por un profesional de la salud, ya que puede tener efectos secundarios y no es adecuada para todos.
- Sensibilidades alimentarias individuales: Cada persona con autismo puede tener sensibilidades alimentarias individuales, por lo que es importante prestar atención a las reacciones a ciertos alimentos. Algunos pueden experimentar malestar gastrointestinal o cambios en el comportamiento después de consumir ciertos alimentos, y es recomendable consultar a un especialista para identificar y manejar estas sensibilidades.
- Nutrición equilibrada: En general, es importante asegurarse de que las personas con autismo reciban una alimentación equilibrada y nutritiva. Esto incluye una variedad de alimentos de todos los grupos alimenticios, para garantizar el aporte adecuado de vitaminas, minerales y nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo.
El efecto de fármacos Psiquiátricos
Según estudios realizados, informan que existe relación entre el consumo de fármacos antipsicóticos y el incremento de peso en los niños con Autismo 11 y 12, pero esto no deja de ser algún común la prescripción por parte de facultativos de este tipo de fármacos.
Autismo grado 3
Autismo grado 2
Autismo grado 1
Tratamientos en el autismo
De igual manera, es importante resaltar que el consumo de los fármacos antipsicóticos, altera la percepción sensorial, de forma que, muchos terapeutas ocupacionales no quieren realizar integración sensorial en los niños que consumen este tipo de fármacos, porque llegan a ser otra persona, y cuando dejan de tomarlos, vuelven a ser ellos mismos, dejando como resultado como si no hubieran hecho nada.
Es por eso, que el uso de fármacos antipsicóticos se encuentra envuelto en muchísimas polémicas y más aún cuando se trata de niños. Existe una larga lista de efectos adversos, y la gran diferencia de resultados de los estudios, es lo que hace detenerse a pensar muy seriamente en buscar otras vías alternativas.
Por consiguiente, es evidente que en la mayoría de los casos cuando el niño toma ese tipo de medicamentos, tiende a darle mucha hambre y de hecho empiezan a subir de peso, pero al finalizar el consumo de fármacos, el hambre desaparece nuevamente, tal y como sucede en la terapia ocupacional, volvemos a la casilla de inicio.
MICROBIOTA
Se han realizado investigaciones sobre la diferencia entre el microbiota de las personas con Autismo y personas neurotípicas. En estas alteraciones del microbiota, se encuentra asociado a los problemas de disbiosis intestinal, de absorción de nutrientes o respuestas intolerantes.
Además, existen determinados grupos que presentan elevados niveles de citoquinas, y en otros casos se ha hallado una respuesta neuroinflamatoria, dejando como consecuencia un exceso de activación microglial y un aumento de los perfiles de citocinas proinflamatorias en comparación con los controles sin Autismo.
De igual manera, mucho tempo se pensaba que el cerebro era el que controlaba todo el organismo del ser humano, después apareció el famoso eje intestino-cerebro, actualmente se habla de la intercomunicación interórganos.
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Un ejemplo es, los huesos crean osteopontina, la misma aumenta el nivel de defensas de nuestro organismo mejorando así la inmunidad, al mismo tiempo manda osteocalcina al cerebro para regular la memoria. Por otro lado, los adipocitos (células de grasa) generan leptina, que regula la sensación de hambre, o de como la catepsina B creada por nuestros músculos impacta en el desarrollo intelectual.
Cabe destacar, que en nuestro aparato digestivo existen zonas de “entrenamiento” para que así nuestro sistema se encuentre inmune. Los propios órganos internos tienen una comunicación que, en muchas ocasiones, no interviene el cerebro, pero generan un equilibrio general en el organismo.
Debido a ello, es que algunos investigadores informan que Lactobacillus spp y Bifidobacterium spp producen GABA; Escherichia spp, Bacillus spp y Saccharomyces spp, producen noradrenalina; Candida spp, Streptococcus spp, Escherichia spp y Enterococcus spp producen serotonina; Bacillus spp produce dopamina; y Lactobacillus spp produce acetilcolina 13–16, es toda una interacción con nuestro sistema nervioso central y con nuestro cerebro. Una simbiosis que cuando se altera produce, los efectos inesperados.
Ahora bien, la micro biota o flora intestinal se encuentra ligada directamente a un equilibrio del organismo, la propia serotonina, que tanto se ha nombrado en el Autismo, esta se produce en el tracto gastrointestinal y también puede ser metabolizada directamente por el micro biota intestinal, sabemos que modula el desarrollo neurológico y puede ser importante en la función social y el comportamiento repetitivo.
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De igual modo, se ha verificado que una alimentación restringida e inadecuada puede conducir directamente a una alteración de nuestro micro biota, y si la flora intestinal no está equilibrada, no lo está el resto del organismo, dejando como consecuencia problemas en los receptores de leptina, de forma que o bien, no se sienta saciedad o no se sienta hambre, una alteración en los ácidos grasos de cadena corta (ácido acético, ácido propiónico, ácido butírico…) estos impactan en la fermentación de los carbohidratos en el colon.
Asimismo, se dan aumentos de las citoquinas proinflamatorias que afectan al desarrollo neurológico y la función social, alteraciones en las señales y procesamiento de las mismas por el hipocampo, y una larga serie de elementos que se encadenan unos con otros generando cuadros complejos y de difícil detección.
Por otro lado, se requieren de muchos estudios para poder establecer bien las cadenas de causalidad y tener mayor conocimiento de cómo los problemas de alimentación en el Autismo, afectan estos procesos.
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Alimentos que no deben comer los niños autistas
Al tratar el tema de autismo y comida, es fundamental considerar que existen ciertos alimentos que no deben comer los niños autistas debido a que pueden exacerbar ciertos síntomas o comportamientos. Por ejemplo, algunos niños pueden ser sensibles a alimentos con gluten, caseína, y especialmente al azúcar para niños autistas, cuyos efectos en el comportamiento o en la capacidad de concentración pueden ser significativos. Por lo tanto, se aconseja moderar o evitar estos alimentos y buscar alternativas más saludables que contribuyan al bienestar del niño.
Cuando se habla de la alimentación en niños con Autismo es muy importante, puesto que, si estos niños no mastican, por ende, no fortalecen la mandíbula, lo que también le afecta a nivel del habla y la comunicación. Es por eso, que los padres con niños con Autismo que presenten problemas de alimentación, pueden hacer lo siguiente:
- Tener en cuenta los alimentos que el niño rechaza y la causa.
- No obligar al niño a comer los alimentos que rechaza, y cambiarlos por otros que puedan nutrirlos de la misma manera.
- Disimular todas las características del alimento que no le gusta al niño. Un ejemplo claro de esto, es que el niño no tolera los alimentos verdes, intentar cambiarlos con otro color.
- Los niños con Autismo, que no toleran los alimentos sólidos, se deben ir aumentando de forma gradual la textura. Primero en forma de puré, luego mezclar el puré con algún trozo poco triturado... Y para evitar los vómitos, hacerlo de forma alterna.
- Estar siempre atentos a cualquier signo de intolerancia o de alergia a algún alimento, porque los niños con Autismo, no pueden expresar de forma verbal qué les sucede.
- Tener mucha paciencia, ya que puede ser muy lento el ritmo de comer en niños con Autismo.